lunes, 14 de enero de 2013

Anécdotas de Lord Byron

Puede parecer que a partir de ahora voy a tomar como costumbre poner algunas anécdotas o historietas de todos los personajes históricos de los que hable; pero nada más lejos de la realidad. Solo lo haré de aquellos que considere que tienen las suficientes como para crearles un post dedicado única y exclusivamente a estos menesteres.
Y si, Lord Byron las tiene.
Sobre todo desde que descubrí que una de las frases de una canción de rap que me parece repulsiva aunque a la vez muy cierta es suya (adaptada a la actualidad claro). La frase es la siguiente: "Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro".
Por eso, aquí van algunas de sus anécdotas y/o comentarios.

- Prefería la compañías de pobres y marginados a la de la nobleza; a quienes consideraba unos hipócritas.
- Ya he puesto en el post biográfico que una de sus mascotas en Cambridge fue un oso. Pero su repertorio de animales no se limitó solo a ese. Tuvo además: un zorro,un mono, loros, gatos, un halcón, gallinas guineanas, un cuervo, un tejón, gansos, una grulla egipcia y una garza. Aunque sin duda, su mascota preferida fue su perro terranova "Boatswain" a quien dedicó un emotivo epitafio tras su muerte.
- Pese a que era un hombre muy atractivo y practicaba sin problemas deportes como el boxeo, el esgrima y la natación, Lord Byron nació con una deformidad en el pie derecho. En otras palabras, era patihendo (sus dedos estaban metidos hacia dentro). Dicha deformidad era la causa de las continuas de su padre; quien le aseguraba que nunca llegaría a andar correctamente y mucho menos a correr.
  Sin embargo, Lord Byron nunca se rindió; disimuló su cojera e incluso llegó a correr. Cuando creció, adaptó su cojera y la disimuló de tal manera que su manera de especial se hizo única y particular; siendo una de sus señas de identidad.
Otras personas hubieran estado avergonzadas por esta deformidad, pero éste no era su caso. Todo lo contrario. Cuando la gente se reía de él y se burlaba de su pie, éste les respondía: " Cuando un miembro se debilita siempre hay otro que lo compensa". Eso sí, era mejor que no se le recordara en su presencia porque :
- En una ocasión siendo niño yendo de paseo con su institutriz llevaba un bastón del que no se separaba. Una mujer le miró conmovida y sintiendo lástima de él le dijo: "¡Qué niño tan guapo! ¡Lástima que ande mal!.
La respuesta de Byron consistió en girarse enfurecido y romperle el bastón en la espalda con numerosos bastonazos.
- Un segundo encuentro que tuvo como protagonista a la cojera de este hombre se produjo con la duquesa de Devondhire; mujer muy famosa en la época y cuya vida ha sido llevada al cine en la peli La Duquesa.
Pues bien, cierto día ambos personajes se encontraron y la duquesa le pregunta de buena fe y por educación: "¿Cómo andáis?"
A lo que Lord Byron le respondió de forma sincera: "Ando como vos veis; muy mal"
Lo gracioso de esta situación es que Byron como ya sabéis era cojo y la duquesa era bizca.
- Una segunda característica de su personalidad era que era muy enamoradizo. Aquí vuelvo a sacar a colación la frase con la que inicié esta publicación pero en una variación que utilizó en una ocasión cuando asistió a un acto social  "Cuanto más conozco a los hombres, menos lo quiero. Si pudiese decir otro tanto de las mujeres me iría mucho mejor".
- Ya dije que se había casado sin amor. Y por si a alguno de sus amigos les había quedado alguna duda, un día les relató lo siguiente acerca de su noche de bodas:
"Me desperté a altas horas de la noche, vi un brasero encendido y creí que estaba en el infierno. Después cuando me di cuenta de la situación real comprendí que la situación real era mucho peor: estaba casado y con mi mujer a mi lado"
- Debido al éxito que tuvieron las peregrinaciones de Childe Harold, Lord Byron exigió a su editor un considerable aumento de dinero como consecuencia de su porcentaje por los derechos de autor. El editor se negó en rotundo, aludiendo el siguiente argumento:
"Por sus obras había deducido que era usted capaz de caer en todos los vicios salvo el de la avaricia. Observo que estaba equivocado"
Lord Byron, en vez de avergonzarse o acobardarse ante tal acusación le respondió:
"Tiene usted toda la razón. Déjeme que lo consigne en mi siguiente obra"
- En sus viajes le acompañó el doctor Polidoro; a quien un día un editor llamado Murray le prometió publicar lo que escribiese al enterarse y descubrir que también dedicaba parte de su tiempo a las letras. Eso exaltó la vanidad del médico, quien desde ese momento se consideró un buen escritor y se jactaba continuamente por esto a Byron.
"Nada hace usted que yo no sepa hacer también" se burló un día Polidori.
Byron, cansado de la actitud de su amigo con él le replicó "No está demostrado, ni lo estará mientras no cruces a nado el Helesponto, no apagues una vela de un tiro estando a veinte pasos de distancia y no publiques un libro del que se vendan 14.000 ejemplares en un día, amigo".
- Este Murray además también editor de alguna de sus obras y parece ser que no le caía especialmente bien ya que en una ocasión Byron le regaló una Biblia espléndida con una encuadernación costosísima. Murray se sentía especialmente orgulloso del regalo y la enseñaba a todas sus visitas. Hasta el día en que descubrió que Byron había hecho alterar a propósito el último versículo del capítulo 18 del evangelio de San Juan a "Ahora Barrabás es un editor" (en vez de ahora Barrabás es un ladrón).
- En una cena en la que le presentaron a Moore y a Campbell (dos caballeros ingleses), el anfitrión tuvo la siguiente extraña conversación con él:
"¿Queréis tomar sopa?"
"No,yo nunca tomo sopa"
"¿Queréis un poco de pescado?"
"No, yo nunca como pescado"
"¿Queréis probar el cordero?"
"No, yo nunca tomo cordero"
Intrigado por estas respuestas, Moore, el anfitrión, le preguntó entonces qué le gustaría tomar para la cena.
La respuesta fue: "Solo quiero galletas duras para mojarlas en agua"
Extrañado por la comida, el anfitrión hizo que se lo sirvieran. Y en esa ocasión lo acompañó de patatas machacadas mojadas en vinagre.
Varios días después, el anfitrión aún sorprendido por los "sabrosos" hábitos alimenticios de Byron, le preguntó a uno de sus más íntimos amigos: "¿Hasta cuándo va a durar la dieta de Byron?"
"Hasta que usted siga dando cuenta de ella" le respondió de manera enigmática.
Lo que Moore desconocía era que después de la cena en su casa, Byron había ido a un club de la calle Saint James y había ingerido una rica y suculenta cena rica en carnes.
- Una vez estando en Italia Byron ordenó que se les sirviera la cena en una trattoria. Mientras esperaban a que se la sirviera salió al balcón acompañado de los señores Alexander Scott y su amigo Thomas.
Thomas miró a las nubes, que aún permanecían brillantes en el oeste justo antes del atardecer y dijo:
"Lo que más me gusta de las puestas de sol italiana es su rosa tan particular..."
No terminó de pronunciar muy bien la palabra rosa cuando Byron, conocedor de que que iba a recitar una rima, le puso la mano fuertemente sobre la boca y le advirtió: "Tom, no seas poético".
-
- ¿Recordáis la "particular" colección de cabellos de Prinny? (Si no buscadla entre las anécdotas de Jorge IV). Pues bien, Byron tenía una colección parecida: coleccionaba vellos púbicos de todas y cada una de las mujeres con las que se había acostado y los guardaba en un sobre donde en el frente escribía el nombre de su dueña, para así no olvidarla.

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