jueves, 10 de enero de 2013

Las 30 preguntas de George Brummel

¿Con ganas de más acerca de Bummel? ¿Sí?
Pues... ¡es vuestro día de suerte!, porque encontré un montón de situaciones cómicas, preguntas y opiniones acerca de él mientras me documentaba para mis libros...porque en un principio él iba a salir (al final lo descarté)
Estas son las 30 anécdotas, opiniones y burlas de Brummel para con la sociedad.

1. ¿Quién es tu amigo el gordo?
En una ocasión en que el príncipe y lord Moira iban caminando por la calle se encontraron con Lord Alvanley y el propio Brummel, quienes venían en dirección contraria. El Regente habló con Alvanley pero ignoró deliberadamente a Brummel, motivo por el cual se hizo notar en la conversación con la siguiente pregunta: "Alvanley...¿quién es tu amigo el gordo?".
Para esta anécdota incluso hay una segunda versión. En ella esta situación ocurre en baile donde estaban invitados Brummel y otros tres amigos, de los cuales solo hizo caso omiso a Brummel; de ahí su descortés réplica.
(Punto para Brummel)

2. Brummel se vende.
Cuando el Regente le preguntó cuál era el motivo por el cual deseaba abandonar el ejército, éste le respondió:
- ¿Por qué? El hecho es, su real Alteza que nos ordena ir a Manchester. Ahora debe estar enterado de lo desagradable que será para mí y por qué no podría ir. Pensad, su Real Alteza ¡Manchester!. Además - añadió con delicadeza y revelando la verdadera razón de su disgusto por la decisión: - No estaríais allí -.
(Y por tanto, no habría juerga).

3.  "Yo lo hice... y yo lo puedo deshacer"
Se dice que en una ocasión Brummel le dijo al coronel McMachon acerca del Regente:
- Yo hice de él lo que es... y lo puedo deshacer - .

4. La falta de respeto con la señora Fitzherbert
En una ocasión en un baile celebrado en casa de lady Jersey, Jorge IV le preguntó a Brummel si podía ordenar el carruaje para la señora Fitzherbert. Brummel, por supuesto lo hizo.
Incidiendo sobre todo y destacando que quería el caruaje de la "querida señora" (amante) Fitzherbert.
Fue la primera vez que alguien no la llamaba señora y se burlaba de su condición de amante real en píblico; para total disgusto de ella.

(A mí me da que este hombre me hubiera caído bien)

5. Big Ben y Benina
Jorge IV tenía un portero en Carlton House que era muy alto y fornido; al que le habían apodado Big Ben (como el famoso reloj). Pero Brummel, para burlarse de la obesidad de  Jorge IV tenía por costumbre llamarlo así al él.
Un día fue a visitarlo y allí se encontraba también la señora Fitzherbert y los saludó de la siguiente manera:
- ¡Ah! Big Ben y... Benina -.

6. Una nota sobre la falta de propiedad del príncipe.
Cuando tuvo ue viajar a Francia debido a sus numerosas deudas vendió todos sus muebles. Una nota fue encontrada en su caja de rapé (preparado de tabaco molido para ser inhalado) particular.
"Esta caja de rapé era para el príncipe regente si me hubiera tratado con más propiedad"

7. Para la preservación de su caja de rapé favorita.
Incluso cuando estaba en el exilio, la tabaquera aún era un tema de discusión. Mientras que Jorge IV estuvo en Calais, una carta le fue enviada dentro de una caja de rapé por su parte solicitándole algo de tabaco .
- Con todo mi corazón - decía el escrito.
Cuando le preguntaron por qué no le había enviado la nota dentro de su caja de rapé favorita (que estaba vacía) éste respondió altivo:
- Porque si el rey la hubiera visto, yo nunca la tendría de nuevo -.

(O era muy bonita la caja o le tenía mucho cariño...)

8. ¡Una caja de rapé no es una ostra!
Parece ser que estaba obsesionado con la tal dichosa caja de rapé porque esta es ya la tercera anécdota que cuento sobre ella. Una día, Brummel vio cómo alguien intentaba abrir su caja de rapé favorita con un cuchillo se dirigió a él furibundo, le arrancó la caja de las manos y le dijo:
- ¡Una caja de rapé no es una otra! -.

9. Brummel sobre la moda.
Su biógrafo decía de él: "No usa perfumes pero es muy fino y aseado. Utiliza más el agua para bañarse él solo que el resto del país".

10. La opinión de un sastre acerca de Brummel.
Un dñia, un baronet fue a Scheweiyzer a por un abrigo y pidió a su sastre que le recomendara una tela para confeccionárselo. - Bien señor - dijo el sastre. - El rey usa un revestimiento superfino pero Brummel usa el revestimiento que se lleva en Bath, aunque lo fundamental es que usted lo elija - respondió.
Tras mucho pensánserlo, el baronet le respondió - John, tienes razón. Usaré el revestimiento de Bath. Creo que en este asunto el señor Brummel tiene la referencia -.

11. ¿Zapatos o zapatillas?
Brummel preguntó un día a suno de sus amigos cómo llamaba él a las cosas que tenía en los pies.
- Zapatos - le respondió éste, orgulloso.
-¿Son zapatos? - le preguntó Brummel dubitativo, agachándose para verlos mejor. - Son tan feos que pensé que eran zapatillas - añadió.

12. El abrigo del duque de Bedford.
El duque de Bedford preguntó a Brummel su opinión acerca de su abrigo nuevo. Brummel lo examinó meticulosamente de pies a cabeza y luego le dijo de la manera más sincera y divertida que pudo:
- Bedford ¿en serio llamas a esto un abrigo? -.

13. Brummel sobre su hermano.
Cuando William, el hermano de Brummel estaba en la ciudad, le preguntaron si no iba a ir a verlo.
Brummel respondió:
- Sí, en un día o dos, pero le he recomendado que camine por las calles hasta que su ropa nueva llegue a casa -

14. El coste de ir a la moda.
Cuando una señora viuda le preguntó cuánto le costaría a su hijo que ella fuese vestida a la moda, Brummel le respondió con toda seriedad:
- Mi querida señora, con estricta economía eso no podría hacerse ni con 800 libras al año -.
(una cantidad de dinero exorbitada para el común de los mortales).

15. Brummel por la mañana,
Brummel solía decir que "tanto si era verano como invierno, le gustaba tener las mañanas bien aireadas antes de levantarse".

16. Brummel en Brighton
- Venid a Brighton, mi querido amigo - le escribió una vez a Ceceil Jenkinson (el futuro Lord Liverpool) - Vamos a estar fuera toda la mañana, comeremos hasta hartarnos de tarta de uvas pasas, viviremos de fomra miserable y nos bañaremos en el agua salada -.

17. Brummel hunde una pretensión.
En una ocasión, una mujer llamó a Brummel desde su balcón para invitarlo a tomar el té con ella.
- Señora, usted puede tomar medicinas, puede tomar la decisión de ir o no pasear, puede tomar la decisión de hacer libre o no a una persona pero usted BEBE el té -.

(Punto otra vez para Brummel)

18. Brummel en la región de los Lagos.
Un conocido le preguntó a Brummel cuál de los lagos de la región era su preferido. Brummel, muy cansado de la tediosa conversación del hombre, se volvió hacia su ayuda de cámara implorando su colaboración.
- Robinson - le dijo.
- ¿Si señor? - le preguntó él.
- ¿Cuál de los lagos es mi favorito? - le preguntó.
- Windermere, señor - le respondió.
- Ah si - recordó Brummel. - Ahí lo tiene, Windermere - añadió.

19. Brummel y las verduras
Una señora en una cena, al observar que no había probado las verduras le preguntó si esa era su costumbre general y si nunca comía nada sano.
- Sí señora - le dijo. - Aunque se equivoca; una vez me comí un guisante - añadió.

20. La aversión de Brummel al repollo
Tras rechazar una propuesta de matrimonio le preguntaron cuáles habían sido los motivos para negarse.
- ¿Qué otra cosa podía hacer querido amigo sino negar la proposición? - le preguntó con horror. - ¡Descubrí que lady Mary comía col! -.

21. La opinión de Brummel sobre sí mismo.
Brummel le escribió a Lady Stanhope: "Si el mundo es tan tonto como para admirar mis absurdos; cosa que usted y yo sabemos muy bien ¿qué se supone que significa eso?"

22. Un absurdo.
Un día un amigo se lo encontró cojeando en Bond Street y le preguntó qué le pasaba.
él le contestó que se había lastimado una pierna. Pero lo peor de todo era que ¡era su pierna favorita!.

23. Otro absurdo.
Una vez, Brummel tenía un fuerte resfriado y un amigo le pregunto cómo lo había conseguido.
Brummel le respondió:
- Ayer por la tarde dejé mi carruaje en el camino desde el pueblo al Royal Paviliony comenzó a llover. Me resguardé en casa de un propietario y el muy estúpido me puso en una habitación con...  ¡un extraño empapado! -.

24. Tratar con personas que no siguen la moda.
Muy temprano en la mañana, en una de las carreras de Ascot, Brummel se acercó en su caballo hasta el carruaje de una dama. Ella expresó su sorpresa al ver cómo estaba perdiendo su tiempo charlando con ella y le previno de que corría el riesgo de ser visto hablando con una persona que no seguía la moda y que estaba muy orgullosa de no hacerlo.
Brummel le respondió:
- Mi querida señora, no tiene que preocuparse por ello. Ya me he asegurado de que no haya nadie cerca nuestro para vernos -.

(Otro punto para él)

25. La autoimportancia de Brummel
A Brummel le ofrecieron una vez conducir el carruaje de un joven caballero hasta el baile de lady Jersey.
- ¡Gracias! - le respondió él. - Sois muy amable - añadió. - Pero ¿cómo vas a ir? -le preguntó. - Porque estoy seguro de que no te gustará ir todo el camino ahí detrás y a mí no me gustaría en absoluto que me vieran compartiendo el carruaje con usted -.

(¿He dicho que me encantan sus comentarios?)

26. Brummel sobre los horrores de la prisión.
"Imagine una posición más miserable que la mía" escribió. "Me han puesto con la gente sencilla. Estoy rodeado de los más grandes villanos y no tenemos más que comida en la prisión".

27. Lord Byron sobre Brummel
 Byron describió a Brummel a Leigh  Hunt de la siguiente manera: "No tiene nada notable en su forma de vestir,  excepto una corrección exquisita".

28. Un brazo de moda.
Cuando Brummel fue acusado por un padre enfadado de llevar a su hijo por la mala vida y crearle una pésima reputación, éste le respondió:
 - En realidad, yo hice todo lo que pude por el joven. Una vez le ofrecí mi brazo durante todo el camino desde White's a Watier's - (Ambos clubes)

29. Thompson y Johnson
Había en Londres dos mujeres a las que le encantaba dar fiestas en Londres: las señoras Thompson y Johnson.  Pasado un tiempo de la pelea entre Jorge IV y Brummel, la señora Tompson dio una fiesta en la que el Jorge estaba invitado y, en consecuencia Brummel no.
Aún así, éste se presentó en la fiesta mientras la anfitriona estaba esperando ansiosamente la llegada del invitado real.
Cuando le vio, le explicó que él no estaba invitado.
- ¿No estoy invitado, señora? - le preguntó. ¿No invitado? - repitió. - Seguramente debe haber algún error - declaró mientras buscaba en su bolsillo su invitación y se la entregaba.
- Esa invitación señor es para la fiesta de la señora Johnson - explicó. - Yo soy la señora Thompson - añadió enfadada.
- ¡Es verdad! - exclamó Brummel. mintiendo - Dios mío ¡Qué error tan lamentable! De verdad señora John... - rectificó -Thompson. Estoy muy apenado por este error, pero ya sabe: Thompson y Johnson, Johnson y Thompson son realmente el mismo tipo de cosas-.

30. Un mal champán.
Una vez, mientras estaba cenando en casa de un caballero de Hampshire, el champán era malísimo.
Brummel esperaba una pausa en la conversación. Cuando la hubo, levantó la copa y dijo en voz lo suficientemente alta como para que todos le escucharan:
- Juan, ¡ponme otra copa de esa sidra! -.

3 comentarios:

  1. q personajazo desde luego si hariais muy buenas migas ambos dos jijij es como risto mejide no se corta ni un pelo desde luego los dos serian grandes amigos xD si hubieran vivido en la misma época los dos xD

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  2. La primera entrada sobre su vida si que me la sabía, esta me ha parecido muuuuyyy buena jajaja muy irónico!! Me quedo con las preguntas: 1, 8, 20, 21, 24 (esta me encanta!!) y la 28 :D

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    1. con esta respuesta me has dado a entender que intentabas realizar un test de compatibilidad con él... jajaja

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